domingo, 11 de marzo de 2018

Las puertas de Alicia





Alicia ve una fila de puertas. “¿Adónde conduce cada una de ellas?”, pregunta. Le interesa saber cuál de ellas debe atravesar para llegar al sitio al que quiere ir.

Gertrude Abercrombie, Puertas

René Magritte, La mejora
“–Cada una de ellas podría conducirte a casi cualquier parte, incluido, desde luego, el Instituto. Pero lo importante es que todas ellas te llevarán muy probablemente hasta la puerta del Instituto. 
–No entiendo –protestó Alicia, con un sentimiento ya demasiado familiar de creciente confusión-. ¿Cuál es la diferencia? Si cada una de ellas puede conducir a casi cualquier parte, es lo mismo decir que todas ellas podrían conducir a casi cualquier parte.


¡No, absolutamente no! Es algo completamente diferente. Si atravesaras una cualquiera de las puertas, bueno, entonces acabarías casi en cualquier parte, pero si las atraviesas todas a la vez acabarás muy probablemente donde deseas estar”.

Gertrude Abercrombie, Puertas


Quint Buchholz, Puerta

Alicia se siente confusa. Su interlocutor le explica: “Si es posible hacer varias cosas, no se hace simplemente una de ellas, han de hacerse todas. De esa manera uno se ahorra tener que tomar resoluciones con mucha frecuencia. Así que adelante, simplemente sal a través de todas las puertas y, cuando lo hayas hecho, toma todas las direcciones a la vez. Verás que no tiene ninguna dificultad y enseguida te hallarás en el lugar deseado”.

Gian Paolo Dulbecco, Laberinto


Estas palabras proceden del libro Alicia en el País de los Cuantos, del físico Robert Gilmore. La suma del personaje de Alicia, el mundo cuántico y las puertas resulta demasiado tentadora para mí, así que no he podido evitar que todos ellos abriesen hoy la puerta de este lugar donde nos encontramos.

Wally Gilbert, Puertas



John Tenniel, Alicia en el País de las Maravillas
¿Recordáis los problemas de la otra Alicia, la que visitó el País de las Maravillas, en la sala de las puertas? “Había puertas alrededor de todo el vestíbulo, pero todas estaban cerradas con llave, y cuando Alicia hubo dado la vuelta, bajando por un lado y subiendo por el otro, probando puerta a puerta, se dirigió tristemente al centro de la habitación, y se preguntó cómo se las arreglaría para salir de allí”, escribe Lewis Carroll. 

Charles Blackman, Alicia en el País de las Maravillas

Alicia encuentra sobre la mesa una diminuta llave de oro y la prueba con todas las puertas, pero “¡ay!, o las cerraduras eran demasiado grandes, o la llave era demasiado pequeña”. 

Walt Disney, Alicia en el País de las Maravillas

Descubre, tras una cortina, una puerta “de unos dos palmos de altura. Probó la llave de oro en la cerradura, y vio con alegría que ajustaba bien”. Pero, entonces, es ella la que es demasiado grande para poder atravesarla. Ahí comienzan los cambios de tamaño de Alicia: comer, beber, crecer, decrecer…


Brigitte Szenczi, En la madriguera del conejo

Alicia encontrará también, en ese país que todos hemos recorrido, una puerta en el tronco de un árbol. “¡Qué extraño! -pensó-. Pero todo es extraño hoy. Creo que lo mejor será que entre enseguida. Y entró en el árbol”. De este modo, accedió de nuevo al vestíbulo de las puertas.

René Magritte, La vida de familia

René Magritte, La victoria
Sobre puertas he escrito en libros y revistas. La mirada que dirigí hacia ellas, en esas ocasiones, fue la del terror: la del género del terror en la literatura, el teatro, el cine, el arte, quiero decir. Ahora nos acercamos a las puertas de otro modo. Con la curiosidad de Alicia. Con su estupor. Con el gozoso asombro que nos suscitan, por ejemplo, las puertas de Magritte. “Parece ser que el mundo es más extraño de lo que imaginamos, y quizás más extraño de lo que podamos imaginar”, escribe Gilmore. Y nosotros nos regocijamos en su extrañeza.

Juan Antonio Mañas, Alicia, la liebre y el libro

El arte -como todo- es una puerta a menudo lleno de puertas. Tendremos que atravesarlas todas y tomar todas las direcciones a la vez para encontrarnos en el lugar deseado.



Quint Buchholz, Casa junto al mar


Imaginad ahora las puertas. Os pregunto: ¿qué hay detrás de cada una de ellas? Y si, de paso, alguien me puede explicar todo este asunto de las puertas, se lo agradeceré. No creáis que lo tengo claro.
 

Gian Paolo Dulbecco, Nocturno